LAS PALABRAS DE JEREMIAS 20
Esta profecía es contra los sacerdotes y sus secuaces por sus supercherías sacerdotales por las trampas que ellos le pusieron a JEREMIAS para silenciarlo y estropear su caracter moral ante dodo el pueblo. El es azotado, herido, puesto en el cepo, encarcelado y vendido a sus enemigos como Jose por causa de ellos.
Jeremías se queja a Dios del sacerdote medico o sanador Pasur de entre los sacerdotes y de sus parientes y se emancipa de todos ellos.
Babilonia tomará cautiva a Judá –
Dios codifica el nombre de Pasus y le pronuncia al Sumo Sacerdote su nuevo nombre, todo el terror por todos lados que les sobrevendrá a los sacerdotes inicuos, a sus amigos y compañeros y hasta de que se van a morir y a donde.
Por causa de tanta
afrenta, burla, dolor, tristeza y vergüenza, Jeremías maldice el día en que nació
y al que le dio las nuevas a su Padre de que le había nacido un hijo varón y le
hizo alegrar.
Jeremías da gloria
y alabanza a Dios por salvar al pobre y menesteroso de la mano del los
opresores y de sus perseguidores.
1 Y oyó Pasur, hijo de Imer, el sacerdote, que también era
gobernador principal en la casa del Señor, que Jeremías profetizaba estas cosas.
2 Entonces Pasur hirió al profeta Jeremías, y lo puso en el
cepo que estaba junto a la puerta alta de Benjamín, que estaba junto a la casa
de Jehová.
3 Al día siguiente Pasur sacó a Jeremías del cepo, y
Jeremías le dijo: El Señor no te ha llamado Pasur, sino Magor-misabib.
4 Porque así dice el Señor: He aquí, yo te haré motivo de
terror para ti y para todos tus amigos, y caerán a espada de sus enemigos, y
tus ojos lo verán; y entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, el cual los llevará
cautivos a Babilonia, y los matará a espada.
5 Además, entregaré toda la fortaleza de esta ciudad, y
todo su trabajo, y todas sus cosas preciosas; y entregaré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus
enemigos, los cuales los saquearán, y los tomarán, y los llevarán a Babilonia.
6 Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis al
cautiverio, y llegarás a Babilonia, y allí morirás, y allí serás sepultado, tú
y todos tus amigos, a los cuales has profetizado mentira.
7 Oh Señor, me mi corazón me ha engañado, estoy confundido; y fui engañado ir entre
ellos pensando que estaban contigo, que como a mi tu les hablabas a ellos también
como a mí; eres más fuerte que yo, y has prevalecido; soy objeto de burla cada día; todos ellos se burlan de mí.
8 Porque desde que empiezo a hablar, grito; grito: Violencia y destrucción; porque la palabra del Señor me ha sido para afrenta y para escarnio cada
día.
9 Entonces dije yo en mi corazón: No me voy acordar más de
él, ni hablaré más en su nombre. Pero su palabra estaba en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis
huesos; y traté de soportarlo, y no pude permanecer quieto ni callado. Trate, el
sabe que yo trate de hacer caso omiso a su palabra que yo había comido, pero
fue inútil porque ya la había digerido antes y fue más fuerte que mi propia voluntad.
10 Porque oí la difamación de muchos, temor por todas partes. Denunciadle ante el concilio, dicen, y lo investigaremos para agarrarlo en
su mentira y lo reportaremos. Todos mis familiares acechaban mi vacilación, conspiraron contras mi como
con José, diciendo: Quizá se dejará seducir dijeron, y caerá y prevaleceremos
contra él; y tomaremos de él nuestra venganza.
11 Pero el Señor está conmigo como poderoso y terrible; por eso, mis perseguidores tropezarán, y no prevalecerán; quedarán muy avergonzados, porque no prosperarán; su eterna confusión nunca será olvidada.
12 Pero, oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los
justos, y ves dentro de los riñones y el corazón, vea yo tu venganza sobre
ellos, porque a ti he expuesto mi causa y no me he escondido del sumo
sacerdote.
13 Cantad a Jehová; alabad a Jehová, porque ha librado el alma de los pobres de mano de los
malignos.
14 Maldito el día en que nací; no sea bendito el día en que mi madre me dio a luz.
15 Maldito el hombre que trajo nuevas a mi padre, diciendo:
Te ha nacido varón, y le alegró mucho.
16 Y sea aquel hombre como las ciudades que el Señor
destruyó, y no se arrepintió; y oiga el clamor de la mañana y aullido y lamentación al mediodía,
17 Porque no me mató desde el vientre, Para que mi madre fuera
mi sepultura, Y su vientre fuese siempre grandioso conmigo.
18 ¿Por qué salí de la matriz, para trabajar con dolor y tristeza, para que mis días se consumieran en vergüenza de los que se burlan de mi dolor cuando grito lo que me duele en su presencia?
EL SIERVO SUFRIENTE DE JEOVAH
DE CARACTER ESTROPEADO
He aquí, mi siervo actuará con prudencia; será exaltado y engrandecido, y será muy enaltecido.
Como muchos se asombraron de ti (su aspecto fue más desfigurado que el de cualquier otro hombre, y su apariencia más desfigurada que la de los hijos de los hombres),
así él rociará a muchas naciones. Los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado y entenderán lo que jamás habían oído.
Antiguo Testamento
Escrituras
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/ot/isa/52?lang=spa&verse=13&context=13-15#p13
La palabra “desfigurado” proviene de una palabra hebrea que significa “maltratado, desechado”. Ninguna persona más digna fue jamás más descuidada, más maltratada emocional y mentalmente que nuestro Señor. Como predijo el profeta: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro; fue menospreciado, y no lo estimamos” (Isaías 53:3). ¿Y cuál fue la reacción de los más cercanos a Él? “Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron” (Mateo 26:56). Lo que sucedió parece ser una descripción perfecta de lo que estropearía un rostro de un noble.
https://resources.churchofchrist1830.org/wp-content/uploads/2024/01/The_Marred_Servant.pdf
Y cuando venga ese día, sucederá que los reyes cerrarán su boca; porque verán lo que no les había sido declarado, y considerarán lo que no habían oído.
Porque en aquel día hará el Padre, por mi causa, una obra que será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes no lo creerán, aun cuando un hombre se lo declare.
Mas he aquí, la vida de mi siervo estará en mi mano; por tanto, no lo dañarán, aunque sea herido por causa de ellos. No obstante, yo lo sanaré, porque les mostraré que mi sabiduría es mayor que la astucia del diablo.
Acontecerá, pues, que los que no crean en mis palabras, que soy Jesucristo, las cuales el Padre hará que él lleve a los gentiles, y le otorgará el poder para que las lleve a los gentiles (se hará aun como dijo Moisés), serán desarraigados de entre los de mi pueblo que son del convenio.
Y los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, estarán en medio de los gentiles, sí, en medio de ellos como león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.
Su mano se levantará sobre sus adversarios, y todos sus enemigos serán talados.
Sí, ¡ay de los gentiles, a menos que se arrepientan! Porque sucederá en aquel día, dice el Padre, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros;
y talaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus plazas fuertes;
y exterminaré de tu tierra las hechicerías, y no tendrás más adivinos;
tus imágenes grabadas también destruiré, así como tus esculturas de en medio de ti, y nunca más adorarás las obras de tus manos;
y arrancaré tus bosques de entre ti, y asolaré tus ciudades.
Y acontecerá que todas las mentiras, y falsedades, y envidias, y contiendas, y supercherías sacerdotales, y fornicaciones, serán extirpadas.
Porque sucederá, dice el Padre, que en aquel día talaré de entre mi pueblo a cualquiera que no se arrepienta y venga a mi Hijo Amado, oh casa de Israel.
Y ejecutaré venganza y furor sobre ellos, así como sobre los paganos, tal como nunca ha llegado a sus oídos.
Pero si se arrepienten y escuchan mis palabras, y no endurecen sus corazones, estableceré mi iglesia entre ellos; y entrarán en el convenio, y serán contados entre este resto de Jacob, al cual he dado esta tierra por herencia.
Y ayudarán a mi pueblo, el resto de Jacob, y también a cuantos de la casa de Israel vengan, a fin de que construyan una ciudad que será llamada la Nueva Jerusalén.
Y entonces ayudarán a mi pueblo que esté disperso sobre toda la faz de la tierra, para que sean congregados en la Nueva Jerusalén.
Y entonces el poder del cielo descenderá entre ellos, y también yo estaré en medio.
Y entonces empezará la obra del Padre en aquel día, sí, cuando sea predicado este evangelio entre el resto de este pueblo. De cierto os digo que en ese día empezará la obra del Padre entre todos los dispersos de mi pueblo, sí, aun entre las tribus que han estado perdidas, las cuales el Padre ha sacado de Jerusalén.
Sí, empezará la obra entre todos los dispersos de mi pueblo, y el Padre preparará la vía por la cual puedan venir a mí, a fin de que invoquen al Padre en mi nombre.
Sí, y entonces empezará la obra, y el Padre preparará la vía, entre todas las naciones, por la cual su pueblo pueda volver a la tierra de su herencia.
Y saldrán de todas las naciones; y no saldrán de prisa, ni irán huyendo, porque yo iré delante de ellos, dice el Padre, y seré su retaguardia.
Libro de Mormón
Escrituras
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/3-ne/21?lang=spa&verse=8&context=8-29#p8
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