Friday, January 31, 2025

Las Palabras de Jeremias 17

 

Las Palabras de Jeremias 17

 

Maldito es aquel que confía en el brazo de la carne y hace de la carne su brazo pensando que sus líderes y quienes les dan de comer los salvaran y los sacaran de aprietos. Y los ricos que obtuvieron riquezas injustamente que se jactan y se vanaglorian de su propia sabiduría y poder morirán en la flor y sazón  de la vida y  perderán todo y quedaran como estúpidos.  La Salvación esta solo en Dios y en inclinar el oído a sus consejos. Los que confían en su propio malvado y torcido corazón se engañan a sí mismos. 

Porque donde esta nuestro corazon, alli tambien esta nuetro tesoro y nuestro dios. Ver 2 Nefi 4

 

Mas he aquí, escuchadme y sabed que con la ayuda del omnipotente Creador del cielo y de la tierra, puedo hablaros tocante a vuestros pensamientos, cómo es que ya empezáis a obrar en el pecado, pecado que para mí es muy abominable, sí, y abominable para Dios.

Sí, contrista mi alma, y me hace encoger de vergüenza ante la presencia de mi Hacedor, el tener que testificaros concerniente a la maldad de vuestros corazones.

Y también me apena tener que ser tan audaz en mis palabras relativas a vosotros, delante de vuestras esposas e hijos, muchos de los cuales son de sentimientos sumamente tiernos, castos y delicados ante Dios, cosa que agrada a Dios;

y supongo que han subido hasta aquí para oír la agradable palabra de Dios; sí, la palabra que sana el alma herida.

Jacob 2:5-8

 JACOBO 2


El Señor le dio esta vez, pese a lo que ya se había dicho y la huella indeleble de sus pecados una oportunidad más a esa generación de judíos para salvarse de lo que les sobrevendía y la rechazaron.  Dios les dijo que vieran su salvación y que si tan solo guardaban el día de reposo y los santificaban les iría bien y si no, serian desterrados y perderían todo lo que atesoran y servirían a extranjeros en tierras lejanas. 

 

He aquí, ¿acaso exclama él a alguien, diciendo: Apártate de mí? He aquí, os digo que no; antes bien, dice: Venid a mí, vosotros, todos los extremos de la tierra, comprad leche y miel sin dinero y sin precio.

2 Nefi 26:25

Libro de Mormón

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/2-ne/26?lang=spa&verse=25#p25



     Oh Sedientos, arrepentios y venid a las aguas del Bautismo

Este NO es el Secreto NI La Salvacion de Los Judios!


Oh los sedientos, ¡venid a las aguas! Y los que no tienen dinero, ¡venid, comprad y comed! Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con manjares.

Inclinad vuestros oídos y venid a mí; escuchad, y vivirá vuestra alma. Y haré con vosotros un convenio sempiterno, las misericordias firmes a David.

Isaías 55:1-3

Antiguo Testamento

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/ot/isa/55?lang=spa&verse=1&context=1-3#p1

 

 Jeremias 17

 Venid y Ved La Salvacion Del Señor

 Lo que el mundo y el hombre se forja es nada. Dios desde el principio nos ofrece la vida eterna que es más que la simple salvación, un trono glorioso en las alturas de los cielos.

Jeremías clama a Dios que lo sane por algunas cosas en su corazón, y lo manda advertir otra vez a los habitantes de JerUSAlen que si tan solo guardan el dio de reposo como se debe y les irá bien; y si no lo hacen serán sus murallas quemadas y ellos destruidos doblemente, una y otra vez o esa generación y las generaciones posteriores. 

1 El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro y con punta de diamante; grabado está en la tabla de su corazón y en los cuernos de sus altares,

2  Mientras sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus bosques, junto a los árboles frondosos de los montes altos.

3 Oh monte mío en el campo, entregaré al saqueo tu sustancia y todos tus tesoros, y tus lugares altos por el pecado en todo tu territorio.

4  Y  tu también perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces; porque fuego habéis encendido en mi furor, que arderá para siempre.

5  Así dice Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del JEOVAH.

6 Porque será como retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales del desierto, en tierra deshabitada y deshabitada.

7 Bienaventurado el hombre que confía en el Señor y cuya confianza es el Señor.

8  Porque será como árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces; y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso. ¿Quién lo conocerá?

10 Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino y según el fruto de sus obras.

11 Como la perdiz que incuba huevos y no los empolla, así el que acumula riquezas, y no con justicia, las dejará en la mitad de sus días, y al fin de sus días será un tonto

12 Un trono glorioso y alto desde el principio es el lugar de nuestro santuario.

13 Oh Señor, esperanza de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados; y los que se apartan de ti serán inscritos en la tierra, porque abandonaron a Jehová, fuente de aguas vivas.

14 Sáname, oh Señor, y seré sano; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.

15 He aquí, me dicen: ¿Dónde está la palabra del Señor? Venga ahora.

16 En cuanto a mí, no me he apresurado a dejar de ser pastor para seguirte, ni he deseado el día de la desgracia; tú lo sabes; lo que salió de mis labios fue justo delante de ti.

17 No seas para mí un terror; tú eres mi esperanza en el día malo.

18 Sean confundidos los que me persiguen, pero no sea yo confundido; desmayen ellos, pero no desmaye yo; trae sobre ellos el día malo, y destrúyelos con doble destrucción.

19 Así me dijo el Señor: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo por la cual entran y salen los reyes de Judá, y en todas las puertas de Jerusalén,

20 Y diles: Oíd palabra de Jehová, reyes de Judá, y todo Judá, y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas;

21 Así dice el Señor: tened cuidado por vuestras vidas, y no traigáis carga en el día de reposo, para meterla por las puertas de Jerusalén;

22 No saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo, ni hagáis trabajo alguno; sino santificad el día de reposo, como mandé a vuestros padres.

23 Pero ellos no obedecieron, ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección.

24 Y sucederá que si me escucháis atentamente, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día de reposo, sino que santificáis el día de reposo, no haciendo en él obra alguna,

25 Entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David, montados en carros y en caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad permanecerá para siempre.

26 Y vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la llanura, de los montes y del Neguev, trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas e incienso, y trayendo sacrificios de alabanza a la casa de Jehová.

27 Pero si no me escucháis para santificar el día de reposo y para no traer carga ni entrar por las puertas de Jerusalén en el día de reposo, entonces encenderé fuego en sus puertas, el cual consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.

 

 


Y, ¿por qué he de ceder al pecado a causa de mi carne? Sí, ¿y por qué sucumbiré a las tentaciones, de modo que el maligno tenga lugar en mi corazón para destruir mi paz y contristar mi alma? ¿Por qué me enojo a causa de mi enemigo?

¡Despierta, alma mía! No desfallezcas más en el pecado. ¡Regocíjate, oh corazón mío, y no des más lugar al enemigo de mi alma!

No vuelvas a enojarte a causa de mis enemigos. No debilites mi fuerza por motivo de mis aflicciones.

¡Regocíjate, oh mi corazón, y clama al Señor y dile: Oh Señor, te alabaré para siempre! Sí, mi alma se regocijará en ti, mi Dios, y la roca de mi salvación.

¿Redimirás mi alma, oh Señor? ¿Me librarás de las manos de mis enemigos? ¿Harás que yo tiemble al aparecer el pecado?

¡Estén cerradas continuamente delante de mí las puertas del infierno, pues quebrantado está mi corazón y contrito mi espíritu! ¡No cierres, oh Señor, las puertas de tu justicia delante de mí, para que yo ande por la senda del apacible valle, para que me ciña al camino llano!

¡Oh Señor, envuélveme con el manto de tu justicia! ¡Prepara, oh Señor, un camino para que escape delante de mis enemigos! ¡Endereza mi sendero delante de mí! No pongas tropiezo en mi camino, antes bien despeja mis vías ante mí; y no obstruyas mi sendero, sino más bien las vías de mi enemigo.

¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre! No pondré mi confianza en el brazo de la carne; porque sé que maldito es aquel que confía en el brazo de la carne. Sí, maldito es aquel que pone su confianza en el hombre, o hace de la carne su brazo.

Sí, sé que Dios dará liberalmente a quien pida. Sí, mi Dios me dará, si no pido impropiamente. Por lo tanto, elevaré hacia ti mi voz; sí, clamaré a ti, mi Dios, roca de mi rectitud. He aquí, mi voz ascenderá para siempre hacia ti, mi roca y mi Dios sempiterno. Amén.

2 Nefi 4:27-35

Libro de Mormón



 

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