Thursday, January 30, 2025

Las Palabras de Jeremias 16

 

LAS PALABRAS DE JEREMIAS 16


 

Se le prohíbe a Jeremías tomar una esposa y engendrar hijos por causa del espantoso sufrimiento que se avecina a su pueblo. 

Los Judíos tan desvergonzados se auto justifican y le preguntan a Jeremías porque Dios les va a hacer todo lo que les prescribe y que pecado han cometido ellos tal cual hicieron los sacerdotes, jueces y abogados del Rey Noé entre los Nefitas en los días de Abinadí y tambien en los dias de Alma y Amulek en la ciudad de Ammoniah que conspiraban con destruir las leyes de Dios y el gobierno del pueblo Ver: Mosias 11-19  y Alma 8-16 respectivamente.

 



La misericordia de Dios se les retiene a los judíos, por solo una vez más El Señor les va a mostrase su poder para que Sepan que El es y se vaticina el regreso de la casa de Israel de las tierras del norte.  

1  La palabra del Señor vino a mi diciendo:

2  No tomarás para ti esposa, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar.

3 Porque así dice el Señor acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, y acerca de las madres que los dieron a luz, y acerca de los padres que los engendraron en esta tierra:

4 Ellos morirán horribles muertes; no serán lamentados ni sepultados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; a espada y de hambre serán consumidos; y sus cadáveres servirán de comida a las aves del cielo y a las fieras de la tierra.

5 Porque así dice  El Señor: No entrés en casa de luto, ni vayas a velorios, ni a lamentarte por ellos; porque yo he quitado de este pueblo mi paz, mis misericordias y mis tiernas misericordias, dice el Señor.

6 Tanto los grandes como los pequeños morirán en esta tierra; no serán enterrados, ni se lamentarán por ellos, ni se sajarán ni se raparán por ellos;

7 Ni se desgarrará por ellos el luto para consolarlos por el muerto, ni se les dará a beber la copa del consuelo por su padre o por su madre.

8 No entrarás en la casa del banquete para sentarte con ellos a comer y a beber.

9 Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar de este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de novio y la voz de novia.

10  Y sucederá que cuando muestres a este pueblo todas estas palabras, ellos te dirán: ¿Por qué ha pronunciado EL Señor  contra nosotros todo este gran mal? ¿O cuál es nuestra iniquidad? ¿O cuál es nuestro pecado que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?

11 Entonces les dirás: Porque  vuestros padres me dejaron, dice El Señor, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y les sirvieron, y se postraron ante ellos, y me dejaron a mí, y no guardaron mi ley;

12 Y vosotros habéis obrado peor que vuestros padres; pues he aquí, cada uno de vosotros anda tras la imaginación de su malvado corazón, para no escucharme a mí.

13 Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres conocisteis; y allí serviréis día y noche a dioses ajenos, donde no os mostrare ningún favor.

14 Por tanto, he aquí que vienen días, dice El Señor, en que no se dirá más: Vive Dios, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto,

15 Pero, Vive el Señor que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había arrojado. Y los haré volver a su tierra que di a sus padres.

16 He aquí que yo enviaré muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte, y por todo collado, y por las cavernas de los peñascos.

17 Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me esconden, ni su iniquidad se esconde de mis ojos.

19  Y primero pagaré el doble por su iniquidad y por su pecado, porque han contaminado mi tierra, y han llenado mi heredad con los cadáveres de sus cosas detestables y abominables.

20 Oh Señor, fortaleza mía y mi fuerza; y refugio mío en el día de la aflicción, A ti vendrán naciones desde los confines de la tierra, Y dirán: Ciertamente mentira heredaron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

22 ¿Hará el hombre dioses para sí, aunque no sean dioses?

23 Por tanto, he aquí que esta vez les haré saber; les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es el Señor.

 




 

El rey Noé reina inicuamente — Se deleita en una vida desenfrenada con sus esposas y concubinas — Abinadí profetiza que el pueblo caerá en el cautiverio — El rey Noé procura quitarle la vida. Aproximadamente 160–150 a.C.

 

1 Y sucedió que Zeniff confirió el reino a Noé, uno de sus hijos; por tanto, Noé empezó a reinar en su lugar; y no anduvo por las sendas de su padre.

2 Pues he aquí, no guardó los mandamientos de Dios, sino que anduvo en pos de los deseos de su propio corazón. Y tuvo muchas esposas y concubinas. E hizo que su pueblo pecara e hiciera lo que era abominable delante del Señor. Sí, cometieron fornicaciones y toda clase de iniquidades.

3 E impuso un tributo de la quinta parte de cuanto poseían: la quinta parte de su oro y de su plata, y la quinta parte de su ziff, y de su cobre, y de su bronce y de su hierro; y la quinta parte de sus animales cebados, y también la quinta parte de todos sus granos.

4 E hizo todo esto para sostenerse a sí mismo, y a sus esposas y a sus concubinas; y también a sus sacerdotes y a las esposas y las concubinas de ellos; de este modo había cambiado los asuntos del reino.

5 Pues destituyó a todos los sacerdotes que su padre había consagrado, y en su lugar consagró a otros, aquellos que se envanecían con el orgullo de sus corazones.

6 Sí, y de esta manera eran mantenidos en su pereza y en su idolatría y sus fornicaciones, con los tributos que el rey Noé había impuesto sobre los de su pueblo; de modo que trabajaban mucho para sostener la iniquidad.

7 Sí, y también se volvieron idólatras, porque los engañaron las vanas y lisonjeras palabras del rey y de los sacerdotes, porque les hablaban palabras lisonjeras.

8 Y sucedió que el rey Noé construyó muchos edificios elegantes y espaciosos; y los adornó con obras finas de madera, y con toda clase de cosas preciosas, de oro y de plata, de hierro, de bronce, de ziff y de cobre.

9 Y también edificó para sí un amplio palacio, y un trono en medio, todo lo cual era de madera fina, y estaba adornado de oro y plata y cosas preciosas.

10 Y también mandó que sus artesanos elaboraran toda clase de obras finas dentro de los muros del templo: de madera fina, y de cobre, y de bronce.

11 Y los asientos que se reservaron para los sumos sacerdotes, que eran más altos que todos los demás asientos, él los adornó con oro puro; e hizo construir un antepecho delante de ellos, sobre el cual podían sostener sus cuerpos y sus brazos mientras hablaban falsas y vanas palabras a su pueblo.

12 Y ocurrió que edificó una torre cerca del templo, sí, una torre muy alta, tan alta así que desde su cima podía ver la tierra de Shilom, y también la tierra de Shemlón, que poseían los lamanitas; y aun podía ver toda la región circunvecina.

13 Y aconteció que hizo construir muchos edificios en la tierra de Shilom; e hizo que se construyera una gran torre sobre el collado que estaba al norte de la tierra de Shilom, el cual había sido un refugio para los hijos de Nefi cuando huyeron de la tierra; e hizo esto con las riquezas que obtenía mediante los tributos de su pueblo.

14 Y sucedió que entregó su corazón a sus riquezas; y pasaba el tiempo en vivir desenfrenadamente con sus esposas y sus concubinas; y también sus sacerdotes pasaban el tiempo con rameras.

15 Y aconteció que plantó viñas en varias partes del país; y construyó lagares e hizo vino en abundancia; por tanto, se convirtió en bebedor de vino, y lo mismo hizo su pueblo.

16 Y sucedió que los lamanitas empezaron a venir sobre su pueblo, sobre grupos pequeños, y a matarlos en sus campos, y mientras cuidaban sus rebaños.

17 Y el rey Noé envió guardias a los alrededores de la tierra para contenerlos, mas no envió un número suficiente, y los lamanitas cayeron sobre ellos y los mataron, y se llevaron muchos de sus rebaños fuera de la tierra; así empezaron los lamanitas a destruirlos y a derramar su odio sobre ellos.

18 Y aconteció que el rey Noé envió a sus tropas en contra de ellos, y los lamanitas fueron rechazados, o sea, los hicieron retroceder por un tiempo, por lo que volvieron, regocijándose con su botín.

19 Y ahora bien, a causa de esta gran victoria, se envanecieron con el orgullo de sus corazones, y se jactaron de su propia fuerza, diciendo que cincuenta de ellos podían contra miles de los lamanitas; y así se jactaban y se deleitaban en la sangre y en verter la sangre de sus hermanos; y esto a causa de la iniquidad de su rey y sacerdotes.

20 Y aconteció que había entre ellos un hombre que se llamaba Abinadí; y salió entre ellos y empezó a profetizar, diciendo: He aquí, así dice el Señor, y así me ha mandado, diciendo: Ve y di a esta gente: Así dice el Señor: ¡Ay de los de este pueblo!, porque he visto sus abominaciones, y sus iniquidades, y sus fornicaciones, y a menos que se arrepientan, los visitaré con mi ira.

21 Y a menos que se arrepientan y se vuelvan al Señor su Dios, he aquí, los entregaré en manos de sus enemigos; sí, y serán reducidos al cautiverio, y serán afligidos por mano de sus enemigos.

22 Y sucederá que sabrán que yo soy el Señor su Dios, y que soy un Dios celoso, que visito las iniquidades de mi pueblo.

23 Y acontecerá que a menos que este pueblo se arrepienta y se vuelva al Señor su Dios, será llevado al cautiverio; y nadie lo librará, salvo el Señor, el Dios Todopoderoso.

24 Sí, y acontecerá que cuando ellos clamen a mí, seré lento en oír sus lamentos; sí, y permitiré que sus enemigos los aflijan.

25 Y a menos que se arrepientan en cilicio y ceniza, y clamen fuertemente al Señor su Dios, no oiré sus ruegos ni los libraré de sus aflicciones; y así dice el Señor, y así me ha mandado.

26 Y acaeció que cuando les hubo hablado Abinadí estas palabras, se enojaron con él y trataron de quitarle la vida; mas el Señor lo libró de sus manos.

27 Ahora bien, cuando el rey Noé se hubo enterado de las palabras que Abinadí había hablado al pueblo, también se llenó de ira y dijo: ¿Quién es Abinadí, para que yo y mi pueblo seamos juzgados por él? O, ¿quién es el Señor para que traiga sobre mi pueblo tan grande aflicción?

28 Os mando traer aquí a Abinadí para matarlo, porque él ha dicho estas cosas para incitar a los de mi pueblo a la ira unos con otros, y para suscitar contenciones entre los de mi pueblo; por tanto, lo mataré.

29 Y los ojos del pueblo se hallaban cegados; por tanto, endurecieron sus corazones contra las palabras de Abinadí, y trataron de apresarlo desde ese momento en adelante. Y el rey Noé endureció su corazón contra la palabra del Señor, y no se arrepintió de sus malas obras.

Mosíah 11

Libro de Mormón

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/11?lang=spa&verse=#p


Capítulo 12

Abinadí es encarcelado por profetizar la destrucción del pueblo y la muerte del rey Noé — Los sacerdotes falsos citan las Escrituras y fingen observar la ley de Moisés — Abinadí comienza a enseñarles los Diez Mandamientos. Aproximadamente 148 a.C.

Libro de Mormón
Escrituras
 
Capítulo 13

Abinadí es protegido por poder divino — Enseña los Diez Mandamientos — La salvación no viene por la ley de Moisés únicamente — Dios mismo efectuará la Expiación y redimirá a Su pueblo. Aproximadamente 148 a.C.

Libro de Mormón
Escrituras

Capítulo 14

Isaías habla en cuanto al Mesías — Se exponen la humillación y los sufrimientos del Mesías — Él hace de Su alma ofrenda por el pecado e intercede por los transgresores — Compárese con Isaías 53. Aproximadamente 148 a.C.

Libro de Mormón
Escrituras

Capítulo 15

Por qué Cristo es el Padre así como el Hijo — Él intercederá por los hijos de los hombres y tomará sobre sí las transgresiones de los de Su pueblo — Ellos y todos los santos profetas son Su posteridad — Él lleva a efecto la Resurrección — Los niños pequeños tienen vida eterna. Aproximadamente 148 a.C.

 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/15?lang=spa

 Capítulo 16

Dios redime a los hombres de su estado caído y perdido — Los que son de naturaleza carnal permanecen como si no hubiera habido redención — Cristo hace posible la resurrección a la vida sin fin o a la condenación sin fin. Aproximadamente 148 a.C.

 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/16?lang=spa

 Capítulo 17

Alma cree las palabras de Abinadí y las escribe — Abinadí padece la muerte por fuego — Profetiza enfermedades y muerte por fuego sobre sus asesinos. Aproximadamente 148 a.C.

 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/17?lang=spa

 


 

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