Las Palabras de Jeremías 12
Los malvados prosperarán, pero serán destruidos; y los penitentes serán restaurados. Ver las palabras de MALAQUIAS en tu totalidad.
Jeremías se queja de su condición porque el pueblo y los sacerdotes han dejado de pagar el diezmo y darle a él su porción de la ofrenda; y si se la dan, es con insultos y de mala gana ye él lo detesta. Jehovah le explica a Jeremías como lo hizo con José Smith, que lo que el padece entre sus hermanos y parentela en tierra de paz es peso ligero y momentáneo; y que eso le dará la experiencia y entrenamiento para cuando le toque contender con voz más terrible que la del león con los grandes en su grosura; o como los profesionales de las grandes ligas en las peleas de peso pesado y en la arena de los espectaculos y de combate mortal. Ver Doctrina y Convenions 122
Jeremías habla mesiánicamente que es el llevado como oveja para el matadero. Existen en toda la tierra y en las Naciones donde todo Israel ha sido esparcido más Jefes que indios o más pastores que obreros. La tierra esta desolada porque es arada continuamente sin descanso y se lamenta. Una gran sequia y hambruna cosechas defectuosas e insostenibles se aproxima a todas las naciones de la tierra.
La Justicia de Dios es mayor que la astucia del diablo. Un grande y espantoso juico se vaticina sobre todos los gentiles que devoraron a su pueblo en su nación o en la de ellos. Ver Miqueas 4 y 3 Nefi 20 respectivamente.
1 Justo eres tú, oh Señor, cuando yo razono contigo; tú me dejas quejarme; hablarte de tus juicios y razonas conmigo ¿Por qué prospera el camino de los impíos? ¿Por qué son felices todos los que obran con gran traición?
2 Tú los plantaste; sí, echaron raíces; crecieron; sí, dieron fruto; cerca estás tú en su boca, pero muy lejos de sus riñones. Tu ley el convenio no está en sus corazones; tampoco caminan con la cabeza agachada bajo el temor y la luz de tu palabra.
3 Pero tú, oh Señor, me conoces; me has visto, y has probado mi corazón para contigo; arrancado me llevan como oveja para el matadero, y preparado para el día de la matanza.
4 ¿Hasta cuándo estará de luto la tierra, y se secarán las hierbas de todos los campos, por la maldad de los que en ella moran? Se acabaron las bestias y las aves, porque dijeron: No verá nuestro fin.
5 Y Jehovah me respondió: Si corriste con gente de a pie, y te cansaron, ¿cómo podrás contender con los caballos? Y si en la tierra de paz en la cual confiabas te cansaron, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?
6 Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre te han traicionado, y han llamado en pos de ti a una multitud; no les creas aunque te hablen palabras agradables.
7 He abandonado mi casa, he abandonado mi heredad; he entregado la amada de mi alma en manos de sus enemigos.
8 Mi heredad fue para mí como león en el bosque; bramó contra mí; por eso la aborrecí
9 Mi heredad fue para mí como el manto de José, ave de muchos colores; las aves de alrededor de envidia la atacaron; dijeron venid, juntad todas las bestias del campo; venid a devorar.
10 Dios le responde; muchos pastores han destruido mi viña, han pisoteado mi heredad, han convertido mi heredad preciosa en un desierto desolado.
11 La han dejado desolada, y estando desolada, se lamenta ante mí; toda la tierra está desolada, porque no hay hombre que se preocupe por ella.
12 Los saqueadores han venido sobre todos los lugares altos a través del desierto; porque la espada del Señor devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; no habrá paz y sosiego para ninguna carne.
13 Sembraron trigo, pero segarán espinos; se esforzaron, pero no aprovecharon; se avergonzarán de sus frutos a causa del ardor de la ira del Señor.
14 Así dice el Señor contra todos mis malos vecinos que tocan la heredad que hice heredar a mi pueblo Israel: He aquí que los arrancaré de su tierra y arrancaré a la casa de Judá de en medio de ellos.
15 Y sucederá que después que los haya arrancado, volveré y tendré compasión de ellos, y los haré volver cada uno a su heredad, y cada cual a su tierra.
16 Y sucederá que si los gentiles cuidadosamente enseñan mis caminos de mi pueblo, para jurar en verdad y en justicia en mi nombre cómo enseñaron a mi pueblo a andar por su camino jurar por Baal entonces serán contados en medio de mi pueblo.
17 Pero si no me obedecen, arrancaré y destruiré por completo a esa nación de mi tierra, dice el Señor.
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