Monday, February 17, 2025

Las Palabras de Jeremías 35

 

Las Palabras de Jeremías 35

 


En preparación para los juicios que han de venir, Dios elogia a los recabitas por su obediencia a su padre. El Señor le manda a Jeremías en los días de Joacim, rey de Judá a sellar la ley y el testimonio entre sus discípulos.

 


Por lo cual El Señor buscar a los hijo de Jonadab, los Recabitas como invitados especiales para darles de beber vino en las cámaras adyacentes casa de Dios y ponerlos como ejemplo de obediencia y testigos contra todo el pueblo antes de su inminente destrucción.

 

Y con esto Dios sella la ley y el testimonio ante sus discípulos justo antes que todo el infierno se libere y se les desborde a los reyes y a los habitantes de Jerusalén y todas las ciudades de los judíos

 

1 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor en los días de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:

 

2 Ve a la casa de los recabitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, a una de las cámaras, y dales a beber vino.

 

3 Entonces tomé a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, y a sus hermanos, y a todos sus hijos, y a toda la casa de los recabitas;

 

4 Y los introduje en la casa de Jehová, en la cámara de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, que estaba junto a la cámara de los príncipes, la cual estaba encima de la cámara de Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta;

 

5 Y puse delante de los hijos de la casa de los recabitas jarras llenas de vino y copas, y les dije: Bebed vino.

 

6 Pero ellos respondieron: No beberemos vino, porque Jonadab hijo de Recab, nuestro padre, nos mandó, diciendo: No beberéis vino jamás, ni vosotros ni vuestros hijos;

 

7 No edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la tendréis; sino que habitaréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la tierra en que peregrinaréis.

 

8 Así hemos obedecido a la voz de Jonadab hijo de Recab, nuestro padre, en todo lo que nos mandó de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas;

 

9 Ni para edificarnos casas donde vivir; ni tenemos viña, ni campos, ni sementera;

 

10 Pero nosotros hemos habitado en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todo lo que nos mandó Jonadab nuestro padre.

 

11 Pero aconteció que cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió a la tierra, dijimos: Venid y dejémonos llevar a Jerusalén, por miedo al ejército de los caldeos y por miedo al ejército de los sirios; y nos quedamos en Jerusalén.

 

12 Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías, diciendo:

 

13 Así dice El Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los hombres de Judá y a los moradores de Jerusalén: ¿No recibiréis instrucción para escuchar mis palabras? dice el Señor.

 

14 Se cumplen las palabras de Jonadab hijo de Recab, que mandó a sus hijos que no bebieran vino; pues hasta hoy no beben, sino que obedecen el mandamiento de su padre; pero yo os he hablado, mandándoos que os levantéis temprano, y os he hablado, pero no me habéis obedecido.

 

15 También os envié a todos mis siervos los profetas, mandándoles que se levanten temprano, y enviándolos a decir: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendaos vuestras obras, y no vayáis en pos de dioses ajenos para servirles, y habitaréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; pero no inclinasteis vuestro oído, ni me escuchasteis.

 

16 Por cuanto los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han cumplido el mandamiento que su padre les había ordenado, pero este pueblo no me ha escuchado,

 

17 Por tanto, así dice el Señor Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que yo traeré sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que pronuncié contra ellos, porque les hablé, y no escucharon; los llamé, y no respondieron.

 

18 Y dijo Jeremías a la casa de los recabitas: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto habéis obedecido al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y habéis guardado todos sus mandamientos, e hecho conforme a todo lo que él os ha mandado,

 

19 Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: A Jonadab hijo de Recab no le faltará varón que esté delante de mí todos los días.

 


 

TJS, Lucas 3:4–11. Compárese con Lucas 3:4–6

Cristo vendrá tal como se ha profetizado a traer salvación a Israel y a los gentiles. En la plenitud de los tiempos, Él vendrá de nuevo a juzgar al mundo.

4 Como está escrito en el libro del profeta Isaías, y estas son las palabras, que dicen: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.

5 Pues he aquí, él vendrá, como se halla escrito en el libro de los profetas, para quitar los pecados del mundo, y para traer salvación a las naciones paganas, para recoger a los que se han perdido, que son del redil de Israel;

6 sí, aun a los dispersos y atribulados; y también para preparar el camino, y hacer posible la predicación del evangelio a los gentiles;

7 y para ser una luz a todos los que se hallan en tinieblas, hasta los confines de la tierra; a fin de llevar a cabo la resurrección de los muertos, y ascender a lo alto, para morar a la diestra del Padre,

8 hasta el cumplimiento del tiempo; y serán sellados la ley y el testimonio, y nuevamente se entregarán al Padre las llaves del reino;

9 a fin de administrar justicia a todos; para descender en juicio sobre todos, y para convencer a todos los impíos de sus hechos inicuos que han cometido; y todo esto en el día en que él venga;

10 porque es un día de poder; sí, todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; y los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados;

11 y verá toda carne la salvación de Dios.

TJS, Lucas 3

Traducción de José Smith Apéndice

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He aquí, os envié para testificar y amonestar al pueblo, y conviene que todo hombre que ha sido amonestado, amoneste a su prójimo.

82 Por tanto, quedan sin excusa, y sus pecados descansan sobre su propia cabeza.

83 El que temprano me busca, me hallará, y no será abandonado.

84 Permaneced, pues, y trabajad diligentemente, para que seáis perfeccionados en vuestro ministerio de ir entre los gentiles por última vez, cuantos la boca del Señor llame, para atar la ley y sellar el testimonio, y preparar a los santos para la hora del juicio que ha de venir;

85 a fin de que sus almas escapen de la ira de Dios, la abominación desoladora que espera a los malvados, tanto en este mundo como en el venidero. De cierto os digo, continúen en la viña aquellos que no son los primeros élderes, hasta que la boca del Señor los llame, porque su tiempo no ha llegado aún; sus vestidos no están limpios de la sangre de esta generación.

86 Perseverad en la libertad mediante la cual se os hace libres; no os enredéis en el pecado, sino queden limpias vuestras manos hasta que el Señor venga.

87 Porque de aquí a poco tiempo, la tierra temblará y se tambaleará como un borracho; y el sol esconderá su faz y se negará a dar luz; y la luna será bañada en sangre; y las estrellas se irritarán extremadamente, y se lanzarán hacia abajo como el higo que cae de la higuera.

88 Y después de vuestro testimonio vienen la ira y la indignación sobre el pueblo.

89 Porque después de vuestro testimonio viene el testimonio de terremotos que causarán gemidos en el centro de la tierra, y los hombres caerán al suelo y no podrán permanecer en pie.

90 Y también viene el testimonio de la voz de truenos, y la voz de relámpagos, y la voz de tempestades, y la voz de las olas del mar que se precipitan allende sus límites.

91 Y todas las cosas estarán en conmoción; y de cierto, desfallecerá el corazón de los hombres, porque el temor vendrá sobre todo pueblo.

92 Y ángeles volarán por en medio del cielo, clamando en voz alta, tocando la trompeta de Dios, diciendo: Preparaos, preparaos, oh habitantes de la tierra, porque el juicio de nuestro Dios ha llegado. He aquí, el Esposo viene; salid a recibirlo.

93 E inmediatamente aparecerá una gran señal en el cielo, y todo pueblo la verá juntamente.

94 Y otro ángel tocará su trompeta, diciendo: Esa grande iglesia, la madre de las abominaciones, que hizo que todas las naciones bebieran del vino de la ira de su fornicación, que persigue a los santos de Dios, que derrama su sangre, la misma que se sienta sobre muchas aguas y sobre las islas del mar, he aquí, ella es la cizaña de la tierra; es atada en haces; sus ligaduras son afianzadas y nadie las puede soltar; por tanto, está presta para ser quemada. Y él tocará su trompeta larga y fuertemente, y todas las naciones la oirán.

95 Y habrá silencio en el cielo por espacio de media hora; e inmediatamente después se desplegará el velo del cielo, como un rollo que se desenvuelve después de haber sido arrollado, y la faz del Señor será descubierta.

96 Y los santos que se hallen sobre la tierra, que estén vivos, serán vivificados y arrebatados para recibirlo.

97 Y los que hayan dormido en sus sepulcros saldrán, porque serán abiertos sus sepulcros; y también ellos serán arrebatados para recibirlo en medio del pilar del cielo.

98 Ellos son de Cristo, las primicias, los que descenderán con él primero, y los que se encuentran en la tierra y en sus sepulcros, que son los primeros en ser arrebatados para recibirlo; y todo esto por la voz del son de la trompeta del ángel de Dios.

99 Y después de esto, otro ángel tocará, y será la segunda trompeta; y entonces viene la redención de los que son de Cristo a su venida, los que han recibido su parte en aquella prisión preparada para ellos, a fin de que recibiesen el evangelio y fuesen juzgados según los hombres en la carne.

100 Y además, sonará otra trompeta, que es la tercera trompeta; y entonces vienen los espíritus de los hombres que han de ser juzgados, y que se hallan bajo condenación.

101 Y estos son el resto de los muertos; y no vuelven a vivir sino hasta que pasen los mil años, ni volverán a vivir hasta el fin de la tierra.

102 Y sonará otra trompeta, que es la cuarta trompeta, diciendo: Se encuentran entre los que han de quedar hasta ese grande y postrer día, sí, el fin, quienes permanecerán sucios aún.

103 Y otra trompeta sonará, la cual es la quinta trompeta, y es el quinto ángel que vuela por en medio del cielo y entrega el evangelio eterno a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos;

104 y este será el sonido de su trompeta, diciendo a todo pueblo, tanto en el cielo como en la tierra y debajo de la tierra; porque todo oído lo oirá, y toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará, al escuchar el sonido de la trompeta, que dice: Temed a Dios y dad gloria al que se sienta sobre el trono, para siempre jamás; porque la hora de su juicio ha llegado.

105 Y además, otro ángel, que es el sexto ángel, tocará su trompeta, diciendo: ¡Ha caído la que hizo que todas las naciones bebieran del vino de la ira de su fornicación; ha caído, ha caído!

106 Y otro ángel más, que es el séptimo ángel, tocará su trompeta, diciendo: ¡Consumado es; consumado es! El Cordero de Dios ha vencido y pisado él solo el lagar, sí, el lagar del furor de la ira del Dios Omnipotente.

107 Y entonces serán coronados los ángeles con la gloria de la potencia de él, y los santos serán llenos de la gloria de él, y recibirán su herencia y serán hechos iguales con él.

108 Y entonces el primer ángel hará sonar de nuevo su trompeta en los oídos de todos los vivientes, y revelará los hechos secretos de los hombres y las prodigiosas obras de Dios durante el primer milenio.

109 Y entonces el segundo ángel tocará su trompeta y revelará las obras secretas de los hombres, y los pensamientos e intenciones de su corazón, y las prodigiosas obras de Dios durante el segundo milenio.

110 Y así, hasta que el séptimo ángel toque su trompeta; y estará de pie sobre la tierra y sobre el mar, y jurará en el nombre del que se sienta sobre el trono, que el tiempo dejará de ser; y Satanás será atado, aquella serpiente antigua que es llamada el diablo, y no será desatado por espacio de mil años.

111 Y entonces quedará suelto por una corta temporada, para reunir a sus ejércitos.

112 Y Miguel, el séptimo ángel, el arcángel, reunirá a sus ejércitos, sí, las huestes del cielo.

113 Y el diablo reunirá a sus ejércitos, las huestes del infierno, e irá a la batalla contra Miguel y sus ejércitos.

114 Y entonces viene la batalla del gran Dios; y el diablo y sus ejércitos serán arrojados a su propio lugar, para que nunca más tengan poder sobre los santos.

115 Porque Miguel peleará sus batallas, y vencerá al que ambiciona el trono de aquel que sobre él se sienta, sí, el Cordero.

Doctrina y Convenios 88:81-115

Doctrina y Convenios

Escrituras

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Sunday, February 16, 2025

Las Palabras de Jeremias 34

 

Las Palabras de Jeremias 34


 

Jeremías profetiza el cautiverio de Sedequías y Jerusalén - Los hebreos son reprendidos por no liberar a sus siervos judíos. 

 


Aunque las advertencias y profecías del señor contra los reyes de los judíos y el pueblo de Jerusalén nos suenen como disco rayado por parte del Señor y de Jeremías, en esta ocasión, ya no se trata simplemente de advertirles, reprenderlos o de llamarlos al arrepentimiento, y mucho menos ofrecerles un ultimátum, sino más bien para decirles que el verano ya está aquí, que la siega ya paso y que sus almas quedaron sin salvar. O que ya han llegado al colmo de la iniquidad al punto de no regreso.

 


Hasta entonces, todavía se hubieran podido, retener, revertir o desviar  los grandes Juicios de Dios contra su pueblo, pero La Idolatría desmedida, por El Adulterio y la Fornicación, Y El por Asesinato  de sus hijos a Dioses paganos. 

 

 



 

Amós

Por tres transgresiones y una cuarta

Pero una cuarta transgresión grave que cometieron en ese momento los Reyes y príncipes de entre los acaudalados de entre los Judíos fue Jurar en vano ante Dios y burlarse de la santidad de su nombre al no cumplir el juramento que habían acordad con sacrificio ante el templo de liberar de la servidumbre y la esclavitud a sus conciudadanos según el convenio que dio a nuestros padres. Por Lo cual Dios les desbordara libremente el infierno de sus calamidades. 

 

1 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, cuando Nabucodonosor rey de Babilonia, y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra bajo su dominio, y todos los pueblos peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, diciendo:

2  Así dice el Señor, Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías, rey de Judá, y dile: Así dice el Señor: He aquí, yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la quemará a fuego;

3 Y no escaparás de su mano, sino que de cierto serás tomado y entregado en sus manos; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y cara a cara hablará contigo, y entrarás en Babilonia.

4 Pero escucha la palabra del Señor, oh Sedequías, rey de Judá: Así dice el Señor acerca de ti: No morirás a espada;

5 Pero morirás en paz; y con las hogueras de tus padres, los reyes primeros que te precedieron, así quemarán por ti olores, y te lamentarán, diciendo: ¡Ah, Señor! Porque yo he pronunciado la palabra, dice El Señor.

6 Entonces el profeta Jeremías habló todas estas palabras a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén,

7 Cuando el ejército del rey de Babilonia peleó contra Jerusalén, y contra todas las ciudades de Judá que quedaban, contra Laquis y contra Azeca; porque estas eran las únicas ciudades fortificadas quedaban de las ciudades de Judá.

8 Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte del Señor después que el rey Sedequías hizo un convenio con todo el pueblo que estaba en Jerusalén, para proclamarles la libertad a sus siervos y esclavos.

9 Que cada hombre dejara libres a su siervo y a su sierva, hebreo o hebrea; que nadie se sirviera de ellos, es decir, de un judío, su hermano.

10 Y cuando todos los príncipes y todo el pueblo que había entrado en el pacto oyeron que cada uno debía dejar libres a su siervo y cada uno a su sierva, para que nadie los esclavizara más, entonces obedecieron y los dejaron ir.

11 Pero después se arrepintieron e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sometieron como siervos y como siervas.

12 Por tanto, la palabra del Señor vino a Jeremías, diciendo:

13 Así dice el Señor, Dios de Israel: Hice un convenio con vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, diciendo:

14 Al cabo de siete años dejaréis ir cada uno a su hermano hebreo que se haya vendido a ti; y cuando te haya servido seis años, lo dejarás ir libre de ti; pero vuestros padres no me escucharon, ni inclinaron su oído.

15 Pero ahora os habíais vuelto y habíais hecho lo recto ante mis ojos, proclamando cada uno libertad a su prójimo, y habíais hecho convenio delante de mí en la casa sobre la cual es invocado mi nombre.

16 Pero vosotros os volvisteis y profanasteis mi nombre, y cada uno tornó a su siervo y cada uno a su sierva, a los cuales había dejado libres a voluntad de ellos, y los sometió para que fuesen vuestros siervos y siervas.

17 Por tanto, así dice el Señor: Vosotros no me habéis escuchado, cuando proclamé libertad cada uno a su hermano, y cada cual a su prójimo. He aquí que yo proclamo para vosotros libertad, dice el Señor, contra la espada, contra la peste y contra el hambre; y os haré que seáis esparcidos por todos los reinos de la tierra.

18 Y entregaré a los hombres que traspasaron mi convenio, que no cumplieron las palabras del pacto que concertaron en mi presencia cuando cortaron el becerro en dos y pasaron por entre sus partes,

19 Los príncipes de Judá, y los príncipes de Jerusalén, los eunucos, y los sacerdotes, y todo el pueblo de la tierra que pasó entre los partos del becerro,

20 Y los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida; y sus cadáveres serán para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.

21 Y a Sedequías rey de Judá, y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de Babilonia que se ha apartado de vosotros.

22 He aquí, yo mandaré, dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella, y la tomarán, y la prenderán fuego; y haré de las ciudades de Judá una desolación hasta no quedar morador.

 

 


Amós

Capítulo 1

Amós muestra los juicios de Jehová sobre Siria, los filisteos, Tiro, Edom y Amón.

1 Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, sobre lo que vio acerca de Israel en los días de Uzías, rey de Judá, y en los días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.

2 Y dijo: Jehová rugirá desde Sion y dará su voz desde Jerusalén; y los pastizales de los pastores estarán de duelo, y se secará la cumbre del Carmelo.

3 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Damasco, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.

4 Y enviaré fuego a la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad.

5 Y quebraré el cerrojo de Damasco, y talaré a los moradores del valle de Avén y a los gobernadores de Bet-edén; y el pueblo de Siria será llevado cautivo a Kir, dice Jehová.

6 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Gaza, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom.

7 Y enviaré fuego al muro de Gaza, y consumirá sus palacios.

8 Y talaré a los moradores de Asdod y a los gobernadores de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón, y el remanente de los filisteos perecerá, ha dicho Jehová el Señor.

9 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Tiro, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom y no se acordaron del pacto de hermanos.

10 Y enviaré fuego al muro de Tiro, y consumirá sus palacios.

11 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Edom, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque persiguió a espada a su hermano y no tuvo compasión alguna; y en su furor se enardecía de continuo y ha guardado el enojo perpetuamente

12 Y enviaré fuego a Temán, y consumirá los palacios de Bosra.

13 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de los hijos de Amón, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque les abrieron el vientre a las de Galaad que estaban encintas, para ensanchar sus fronteras.

14 Y encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en el día tempestuoso;

15 y su rey irá al cautiverio, él y todos sus príncipes, dice Jehová.

Amós 1

Antiguo Testamento

Escrituras

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Amós


Capítulo 2

Jehová derramará Sus juicios sobre Moab, sobre Judá y sobre Israel a causa de sus iniquidades.

1 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Moab, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque quemó los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos.

2 Y enviaré fuego a Moab, y consumirá los palacios de Queriot; y morirá Moab en medio del alboroto, en medio del estrépito y con sonido de trompeta.

3 Y quitaré al juez de en medio de él y mataré junto con él a todos sus príncipes, dice Jehová.

4 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Judá, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque menospreciaron la ley de Jehová y no guardaron sus estatutos; y los hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres.

5 Enviaré, por tanto, fuego a Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.

6 Así ha dicho Jehová: Por tres transgresiones de Israel, y por la cuarta, no revocaré su castigo, porque vendieron por dinero al justo y al pobre por un par de sandalias;

7 porque pisotean hasta el polvo de la tierra la cabeza de los pobres y tuercen el camino de los humildes; y un hombre y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre.

8 Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar, y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.

9 Y yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y que era fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.

10 Y a vosotros os hice subir de la tierra de Egipto y os conduje por el desierto cuarenta años para que poseyeseis la tierra del amorreo.

11 Y levanté profetas de vuestros hijos y nazareos de vuestros jóvenes. ¿No es esto así, oh hijos de Israel?, dice Jehová.

12 Mas vosotros disteis de beber vino a los nazareos, y a los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis.

13 Pues he aquí, yo estoy apretujado debajo de vosotros, como se apretuja el carro lleno de gavillas;

14 y el ligero no podrá huir; y al fuerte no le servirá su fuerza, ni el valiente salvará su vida;

15 y el que toma el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.

16 Y el más valiente de corazón entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice Jehová.

Amós 2

Antiguo Testamento

Escrituras

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Amós

Capítulo 3

Jehová revela Sus secretos a Sus siervos los profetas — Dado que Israel rechaza a los profetas y consiente el mal, la nación será derrotada por un enemigo.

1 Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, oh hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:

2 Solamente a vosotros he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras iniquidades.

3 ¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?

4 ¿Rugirá el león en el bosque sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida sin haber apresado algo?

5 ¿Caerá el ave en la trampa, en la tierra, sin haber cebo? ¿Se levanta la trampa de la tierra si no se ha atrapado algo?

6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad que Jehová no haya hecho?

7 Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.

8 Si ruge el león, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?

9 Haced pregonar sobre los palacios de Asdod y sobre los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria y ved los muchos tumultos en medio de ella y las opresiones en medio de ella.

10 Y no saben hacer lo recto, dice Jehová, los que atesoran violencia y despojo en sus palacios.

11 Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo vendrá por todos los lados de la tierra y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados.

12 Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos patas o la punta de una oreja, así serán librados los hijos de Israel que en Samaria se sientan en el borde de la cama, y en Damasco, en un diván.

13 Oíd y testificad contra la casa de Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos:

14 El día en que castigue las transgresiones de Israel, castigaré también los altares de Bet-el; y serán cortados los cuernos del altar y caerán a tierra.

15 Y heriré la casa de invierno junto con la casa de verano, y las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová.

Amós 3

Antiguo Testamento

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