Friday, February 14, 2025

Las Palabras de Jeremias 31



 

Las Palabras de Jeremias 31



 

Jeremías desconsolado por la maldad en todo su derredor y la destrucción y dispersión de su pueblo, se lamenta como una mujer que pierde a sus hijos y reniega a ser consolado; y el pide a Dios justicia para su alma.  


Jeremías  se queja amargamente ante Dios porque solo Israel es azotado tanto mientras que sus enemigos cuyos pecados son peores que los de Israel son prosperados sin castigo alguno. 

 



Dios le manifiesta a Jeremías en sueños que no todo está perdido y le muestra lo que acontecerá con la casa de Israel en los últimos días. 
 
 

 
Y que los inicuos son ovejas sin pastor o como un hijo que no es amado por su padre y que por tanto el padre de ellos no los azota. Pero que él nos ha amado con amor eterno y que por tanto amor que tiene por nosotros nos ha corregido con severidad. 

 


Por lo cual este capitulo es más que una subsiguiente amonestación, En el Dios ha consolado a su pueblo en un sueño profundo y una revelación profética con final grato y dulce. 

 


 

Dios predice por medio de Jeremías la restauración de toda la casa de Israel en los últimos días y los glorificara. En aquel tiempo, el Señor reunirá y consolará ampliamente el duelo su pueblo y hará un nuevo e inquebrantable convenio con cada uno de nosotros. Dios en este capitulo nos hace mencion de los mojones y monticulos que dejamos y levantamos en el trayecto y senderos de nuestros lamentos.

 

 
Mojones y Monticulos de Huesos secos



Dios le declara a Jeremías que Efraín es su hijo primogénito —EL Señor también manifiesta que la casa de Israel son sus hijos y hará un nuevo convenio con cada uno de nosotros que será inscrito por su propio dedo en el corazón como lo ha hecho con todos sus siervos los profetas— Entonces todo Israel conocerá a Jehovah.

 


Dios escucho también nuestros traumas y el clamor y golpe en la pared de los lamentos por nosotros mismos, por nuestros tinocos arrancados de nosotros y por el saqueo de su pueblo. 

 
 


1 En aquel tiempo, dice El Señor, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.

2  Así dice el Señor: El pueblo que quedó de la espada halló gracia en el desierto, es decir, Israel, cuando yo fui para hacerlo descansar.

3 El Señor se me apareció hace mucho tiempo, diciendo: Sí, con amor eterno te he amado; por eso te prolongué mi misericordia.

4 Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; aún serás adornada con tus panderos, y saldrás en danzas de gente que se alegra.

5 Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; las plantarán los plantadores, y las comerán como cosas comunes.

6 Porque habrá día en que los centinelas clamarán sobre el monte de Efraín: Levantaos, y subamos a Sión, a Jehová nuestro Dios.

7 Porque así dice El Señor: Cantad con alegría por Jacob, y dad voces de júbilo a la cabeza de las naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Señor Dios nuestro, salva a tu pueblo, el remanente de Israel.

8 He aquí, yo los traeré del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, y con ellos ciegos y cojos, la mujer encinta y la que está de parto juntamente; una gran multitud volverá allá.

9 Irán con llanto, pero entre súplicas los haré volver; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque yo soy un padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.

10 Oíd palabra de Dios, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y lo guardará, como el pastor a su rebaño.

11 Porque el Señor redimió a Jacob, y lo rescató de mano de aquel que era más fuerte que él.

12 Por tanto, vendrán y cantarán en lo alto de Sión, y correrán a la bonanza del Señor, al trigo, al vino, al aceite, y a las crías de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más volverán a llorar.

13 Entonces la virgen que temía ser raptada, se alegrará con canticos en la danza de su liberación, los jóvenes y los viejos cantaran en unisón; porque yo cambiaré su duelo en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.

14 Y saciaré de grosura el alma sedienta de justicia de los sacerdotes, y mi pueblo será saciado de mi bondad, dice Jehová.

15 Así dice el Señor: Voz fue oída en Rama, llanto y llanto amargo; Raquel lloraba por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.

16 Así dice el Señor a Jeremías: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos, porque recompensa habrá por tu trabajo, dice el Señor, y volverán de la tierra del enemigo.

17 Y hay esperanza para tu porvenir, dice Jehová, y tus hijos volverán a su propia tierra.

18 Ciertamente he oído a Efraín que se lamentaba así: Me castigaste, oh Dios, y fui castigado como a un becerro que no está acostumbrado al yugo; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres, oh Jehovah, mi único padre y mi Dios.

19 Ciertamente después que me convertí, me arrepentí; y después que fui instruido, me herí el muslo; me avergoncé y aun me confundí, porque soporté la vergüenza de mi juventud.

20 ¿Es Efraín mi hijo querido? ¿Es el un tinoco agradable? Porque desde que hablé contra él, me acuerdo de él con vehemencia; por eso mis entrañas se conmueven por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice el Señor.

21 Establece para ti mojones por memorial en el camino por vallado, hazte montículos altos; dirige tu corazón a la calzada, al camino por donde anduviste; vuélvete, virgen de Israel, vuélvete a estas tus ciudades.

22 ¿Hasta cuándo andarás de un lado a otro, hija rebelde? Porque el Señor ha creado algo nuevo en la tierra: la mujer rodeará al hombre.

23 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Aún dirán estas palabras en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver su cautiverio. El Señor te bendiga, oh morada de justicia y monte de santidad.

24 Y habitarán juntos en Judá y en todas sus ciudades, labradores y pastores.

25 Porque he saciado el alma cansada y desgastada, y he suplido toda alma entristecida.

26 En esto me desperté y miré, y mi sueño me fue dulce y grato.

27 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente natural y de simiente silvestre.

28 Y acontecerá que, como tuve gran cuidado de ellos para arrancar y derribar y derribar y perder y afligir, así tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, y recuperar dice El Señor.

29 En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera.

30 Pero cada uno morirá por su propia iniquidad; todo aquel que comiere las uvas agrias, tendrá la dentera.

31 He aquí que vienen días, dice el Señor, en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo convenio,

32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, pues ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice El Señor;

33 Pero éste es el convenio que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice El Señor: pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Dios; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice El Señor; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

35 Así dice el Señor, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas. El Señor de los ejércitos es su nombre.

36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Dios, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí para siempre.

37 Así dice el Señor: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorar abajo los cimientos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice el Señor.

38 He aquí que vienen días, dice El Señor, en que la ciudad será reedificada para El Señor, le serán consagrados a El desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo.

39 Y el cordel de medir saldrá aún más frente a él, sobre el monte de Gareb, y rodeará hasta Goat.

40 Y todo el valle de la matanza y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos hacia el oriente, serán consagrados al Señor; nunca más serán arrancados ni derribados.

 

 

 

Ezequiel 37

Se muestra a Ezequiel un valle con huesos secos — Israel heredará la tierra en la Resurrección — El palo de Judá (la Biblia) y el palo de José (el Libro de Mormón) serán uno en la mano de Jehová — Los hijos de Israel serán recogidos y purificados — David (el Mesías) reinará sobre ellos — Recibirán el convenio sempiterno del Evangelio.

1 Y la mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el espíritu de Jehová y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

2 Y me hizo pasar alrededor de ellos, y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del valle, y he aquí, estaban secos en gran manera.

3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: oh Señor, Jehová, tú lo sabes.

4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd la palabra de Jehová.

5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

6 Y pondré tendones en vosotros, y haré subir carne sobre vosotros, y os cubriré de piel y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y subió la carne, y quedaron cubiertos por la piel; pero no había en ellos espíritu.

9 Y me dijo: Profetiza al espíritu; profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Oh espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

10 Y profeticé como me había mandado; y entró espíritu en ellos, y vivieron y se pusieron de pie, un ejército grande en extremo.

11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados.

12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, oh pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel.

13 Y sabréis que yo soy Jehová cuando yo abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, oh pueblo mío.

14 Y pondré mi espíritu en vosotros, y viviréis; y os haré reposar en vuestra tierra; y sabréis que yo, Jehová, he hablado, y lo haré, dice Jehová.

15 Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

16 Y tú, hijo de hombre, toma ahora un palo y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel, sus compañeros. Toma después otro palo y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros.

17 Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.

18 Y cuando te hablen los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos explicarás qué quieres decir con eso?

19 Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel, sus compañeros, y los pondré con él, con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.

20 Y los palos sobre los que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos;

21 y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra.

22 Y haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel; y un mismo rey será el rey de todos ellos; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos.

23 Y no se contaminarán ya más con sus ídolos, ni con sus abominaciones ni con todas sus transgresiones; y los salvaré de todos los lugares en los cuales han pecado, y los purificaré; y serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

24 Y mi siervo David será rey sobre ellos, y para todos ellos habrá un solo pastor; y andarán en mis juicios, y guardarán mis estatutos y los pondrán por obra.

25 Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, y sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para siempre.

26 Y haré con ellos un convenio de paz; será un convenio sempiterno con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre.

27 Y estará en medio de ellos mi tabernáculo; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

28 Y sabrán las naciones que yo, Jehová, santifico a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre.

Ezequiel 37

Antiguo Testamento

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/ot/ezek/37?lang=spa&verse=#p



 

2 Nefi Capítulo 21

La vara del tronco de Isaí (Cristo) juzgará con justicia — En el Milenio, el conocimiento de Dios cubrirá la tierra — El Señor levantará estandarte a las naciones y recogerá a Israel — Compárese con Isaías 11. Aproximadamente 559–545 a.C.

1 Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

2 Y sobre él reposará el Espíritu del Señor; el espíritu de sabiduría y de entendimiento, el espíritu de consejo y de poder, el espíritu de conocimiento y de temor del Señor;

3 y le dará penetrante entendimiento en el temor del Señor; y no juzgará según la vista de sus ojos, ni reprenderá por lo que oigan sus oídos;

4 sino que con justicia juzgará a los pobres, y reprenderá con equidad por los mansos de la tierra; y con la vara de su boca herirá la tierra, y con el aliento de sus labios matará al impío.

5 Y la justicia será el ceñidor de sus lomos, y la fidelidad el cinturón de sus riñones.

6 Y morará también el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro, el leoncillo y el cebón andarán juntos, y un niño los pastoreará.

7 Y la vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león comerá paja como el buey.

8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.

9 No dañarán, ni destruirán en todo mi santo monte; porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar.

10 Y en aquel día habrá una raíz de Isaí, la cual estará puesta por estandarte al pueblo; los gentiles la buscarán, y su descanso será glorioso.

11 Y acontecerá en aquel día, que el Señor volverá a extender su mano, por segunda vez, para recobrar los restos de su pueblo que quedaren, de Asiria, y de Egipto, y de Patros, y de Cus, y de Elam, y de Sinar, y de Hamat, y de las islas del mar.

12 Y levantará estandarte a las naciones, y congregará a los desterrados de Israel, y reunirá a los dispersos de Judá de los cuatro cabos de la tierra.

13 La envidia de Efraín también se disipará, y los enemigos de Judá serán talados; Efraín no envidiará a Judá, ni Judá hostigará a Efraín;

14 sino que volarán sobre los hombros de los filisteos hacia el occidente; saquearán juntos a los de oriente; sobre Edom y Moab pondrán su mano, y los hijos de Ammón los obedecerán.

15 Y el Señor destruirá del todo la lengua del mar de Egipto; y con su viento impetuoso extenderá su mano sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos y hará que los hombres pasen por él a pie enjuto.

16 Y habrá camino real, desde Asiria, para el resto de su pueblo que hubiere quedado, como lo hubo para Israel el día en que subió de la tierra de Egipto.

2 Nefi 21

Libro de Mormón

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/2-ne/21?lang=spa&verse=#p

 

 

Panama Barriles Archeologia

King David Museum

Judios en el Occidente sobre los hombros de los filisteos





 

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