Wednesday, February 12, 2025

Las Palabras de Jeremias 27

 

Las Palabras de Jeremias 27

 


Se les ordena a los reyes de Sion y de Jerusalén y a todas las naciones que rechazaron ser guiados por Dios y el consejo de sus siervos los profetas que se sometan al yugo de Babilonia a quien Dios ha puesto por siervo y señor sobre toda la tierra – 

Los vasos del Templo que quedaron incluyendo la pila bautismal sobre doce bueyes que fueron llevados a Babilonia en los días de Jeconias y los que ahora están en el templo y el palacio del rey  de Judá no volverán sino hasta el día que el Señor los visite. 

 

 

1 En el primer año del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra a Jeremías de parte del Señor, diciendo:

2 Así me dice el Señor: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello,

3 Y envíalos al rey de Edom, al rey de Moab, al rey de los amonitas, al rey de Tiro y al rey de Sidón por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías, rey de Judá,

4 Y mándales que digan a sus señores: Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Así diréis a vuestros señores:

5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien me pareció conveniente.

6 Y ahora yo he entregado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo; y también le he dado hasta las bestias del campo para que le sirvan.

7 Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta el tiempo de su fin; y después de esto les servirán muchas naciones y grandes reyes.

8 Y acontecerá que la nación o el reino que no sirviere a Nabucodonosor, rey de Babilonia, ni sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a esa nación, dice Jehová, con espada, con hambre y con pestilencia, hasta acabar con ellos por su mano.

9 Por tanto, no escuchéis a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros encantadores, ni a vuestros hechiceros, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia;

10 Porque os profetizan mentira, para alejaros de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis.

11 Pero a las naciones que sometan su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirvan, las dejaré aún en su tierra, dice Jehová, y la cultivarán y habitarán en ella.

12 Y hablé a Sedequías, rey de Judá, conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid.

13 ¿Por qué moriréis tú y tu pueblo a espada, de hambre y de pestilencia, como ha hablado el Señor contra la nación que no sirva al rey de Babilonia?

14 Por tanto, no escuchéis las palabras de los profetas que os hablan, diciendo: No serviréis al rey de Babilonia; porque os profetizan mentira.

15 Porque yo no los envié, dice Jehová, y ellos profetizan mentira en mi nombre, para que yo os arroje y perezcáis, vosotros y los profetas que os profetizan.

16 También hablé a los sacerdotes y a todo este pueblo, diciendo: Así dice el Señor: No escuchéis las palabras de vuestros profetas que os profetizan, diciendo: He aquí, los utensilios de la casa del Señor pronto serán traídos de vuelta de Babilonia; porque os profetizan mentira.

17 No les escuchéis; servid al rey de Babilonia y vivid. ¿Por qué ha de quedar desolada esta ciudad?

18 Pero si son profetas, y si la palabra del Señor está con ellos, oren ahora al Señor de los ejércitos para que los utensilios que quedan en la casa del Señor, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia.

19 Porque así dice el Señor de los ejércitos acerca de las columnas, y acerca del mar, y acerca de las basas, y acerca del resto de los utensilios que quedan en esta ciudad:

20 La cual no tomó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia a Jeconias hijo de Joacim, rey de Judá, con todos los nobles de Judá y de Jerusalén;

21 Sí, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de los utensilios que quedan en la casa del Señor, y en la casa del rey de Judá y de Jerusalén:

22 Serán llevados a Babilonia, y allí estarán hasta el día en que yo los visite, dice el Señor; entonces los haré subir y los restituiré a este lugar.

 

 
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Daniel Capítulo 7

Daniel ve cuatro bestias que representan los reinos de los hombres — Ve al Anciano de Días (Adán) a quien vendrá el Hijo del Hombre (Cristo) — El reino será dado a los santos para siempre.

1 En el primer año de Belsasar, rey de Babilonia, tuvo Daniel un sueño y visiones de su cabeza estando en su cama; luego escribió el sueño y relató lo principal del asunto.

2 Habló Daniel y dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar.

3 Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar.

4 La primera era como león y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas y fue levantada del suelo; y se quedó erguida sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre.

5 Y he aquí, una segunda bestia, semejante a un oso, la cual se levantó de costado, y tenía en su boca tres costillas entre sus dientes; y le fue dicho así: Levántate; devora mucha carne.

6 Después de esto yo miré, y he aquí, otra, semejante a un leopardo, y tenía cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas, y le fue dado dominio.

7 Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí, la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y hollaba las sobras con sus pies; y era muy diferente de todas las bestias que había visto antes de ella y tenía diez cuernos.

8 Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí, en este cuerno había ojos como ojos de hombre y una boca que hablaba de grandezas.

9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos; y el Anciano de Días se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono, llama de fuego; sus ruedas, fuego ardiente.

10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones estaban delante de él; el tribunal se sentó, y los libros se abrieron.

11 Yo entonces miraba a causa de la voz de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.

12 Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.

13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo venía uno como el Hijo del Hombre, que vino hasta el Anciano de Días, y le hicieron acercarse delante de él.

14 Y le fue dado dominio, y gloria y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían; su dominio es un dominio eterno que no terminará, y su reino no será destruido.

15 A mí, Daniel, se me turbó el espíritu en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me turbaron.

16 Me acerqué a uno de los que estaban allí y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló y me dio a conocer la interpretación de las cosas.

17 Estas grandes bestias, que son cuatro, son cuatro reyes que se levantarán en la tierra.

18 Después recibirán el reino los santos del Altísimo y poseerán el reino eternamente, por los siglos de los siglos.

19 Entonces tuve el deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y hollaba las sobras con sus pies;

20 asimismo, acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos y una boca que hablaba de grandezas, y parecía ser más grande que sus compañeros.

21 Y veía yo que este cuerno hacía la guerra contra los santos y los vencía,

22 hasta que vino el Anciano de Días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos poseyeron el reino.

23 Dijo así: La cuarta bestia será el cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos; y a toda la tierra devorará, y la hollará y la despedazará.

24 Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará.

25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo hostigará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en sus manos hasta un tiempo, y tiempos y medio tiempo.

26 Pero se sentará el tribunal, y le quitarán su dominio, para que sea destruido y arruinado hasta el fin;

27 y el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo serán dados al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es un reino eterno; y todos los dominios le servirán y le obedecerán.

28 Hasta aquí fue el fin del asunto. En cuanto a mí, Daniel, mucho me turbaron mis pensamientos y mi rostro se demudó; mas guardé en mi corazón el asunto.

Daniel 7

Antiguo Testamento

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/ot/dan/7?lang=spa&verse=#p

 

 





No obstante, después que sean nutridos por los gentiles, y el Señor haya levantado su mano sobre los gentiles y los haya puesto por estandarte, y sus hijos hayan sido llevados en los brazos de los gentiles, y sus hijas sobre sus hombros, he aquí, estas cosas de que se habla son temporales; porque así son los convenios del Señor con nuestros padres; y se refiere a nosotros en los días venideros, y también a todos nuestros hermanos que son de la casa de Israel;

y significa que viene el tiempo, después que toda la casa de Israel haya sido dispersada y confundida, en que el Señor Dios levantará una nación poderosa entre los gentiles, sí, sobre la superficie de esta tierra; y nuestros descendientes serán esparcidos por ellos.

 Y después que nuestra posteridad haya sido dispersada, el Señor Dios procederá a efectuar una obra maravillosa entre los gentiles, que será de gran valor para nuestra posteridad; por tanto, se compara a que serán nutridos por los gentiles y llevados en sus brazos y sobre sus hombros.

Y también será de valor a los gentiles; y no solamente a los gentiles, sino a toda la casa de Israel, para dar a conocer los convenios del Padre de los cielos con Abraham, que dicen: En tu posteridad serán benditas todas las familias de la tierra.

1 Nefi 22:6-9

Libro de Mormón

Escrituras

https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/1-ne/22?lang=spa&verse=6&context=6-9#p6





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